sábado, 29 de octubre de 2016

¿TENDREMOS POLLITOS EN CLASE?

"Mira Patri. Aquí traigo huevos de las gallinas de mi abuela"

(Esto es lo que me dijo Ángela nada más entrar en clase el lunes, mientras sostenía en su mano una bolsa transparente que contenía 4 huevos blancos pequeños, con un cartel de su madre que me avisaba que estaban cocidos)

No era yo la que tenía que decidir qué hacer con esos huevos. Y ni siquiera me dieron tiempo para decirles que estaban cocidos... Así que, fueron ellos los que hablaron.
Lo tenían muy claro.
De esos huevos, nacerán pollitos.

Pero... ¿dónde los íbamos a poner?

"¡¡En un nido Patri!!"

Dicho y hecho. Teníamos nido.
Pero... los huevos necesitan calor para poder nacer...
Fácil solución : traerían hojas de otoño para ponerlas alrededor. Así estarán calentitos como si estuvieran con las gallinas.

Hasta aquí, todo correcto.
Pero ellos, cada día, se asoman para ver como están. Están impacientes.
Y el jueves, sin saber cómo, uno de ellos aparece después del patio un poco rajado.

"¡¡Los pollitos van a nacer!!"

Y ellos están listos. Comen maíz y gusanos. Y serán de color amarillo o negro, porque las opiniones son muy diversas...
Y tenemos que llamar a la Abuela de Ángela para que nos diga cómo hacerlo. Y ya sabemos que es importante darles una bolita de pimienta. Estamos alucinados y emocionados... Hasta algún papá ha tenido que entrar en clase para comprobar que todo eso del nido no era una fantasía, si no una realidad.

Y no seré yo quien les quite su emoción e ilusión de que esos huevos se rompan y salgan pollitos.
Aunque quizás desaparezcan por "arte de magia" porque los pollitos hayan decidido buscar otro sitio donde vivir...
Serán ellos los que escriban su destino.



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